El mapa de Noruega
Pues he hecho un mapita del viaje a Noruega para el inminente libro de Noruega, y aquí está. 4900 km en 2 semanas :D Ha quedado bastante menos resultón que el de Nepal, pero es lo que hay.
Pues he hecho un mapita del viaje a Noruega para el inminente libro de Noruega, y aquí está. 4900 km en 2 semanas :D Ha quedado bastante menos resultón que el de Nepal, pero es lo que hay.
Por fin, tres años después del viaje, llega el libro de Noruega. Aunque estuvimos menos días que en Nepal, este libro es más gordo aún que el de Nepal, con 230 páginas. Tengo que decir que este libro era el mayor escollo a mi producción librera, ya que antes del viaje a Jordania no guardaba las fotos en RAW revelado, por lo que tenía que retocarlas todas para hacer un libro. El de Noruega lleva 360 fotos, que he tenido…
El libro de Noruega está en el horno, y aquí hay un pequeño adelanto de lo que se contaba en el capítulo 6:
Era nuestro último día en Noruega, aunque Xåbi y Karlstad se quedaban unos días más para visitar Copenhague. Nuestro último día, y amaneció en el aeropuerto de Evenes, tras toda la noche sin dormir. Tras el avión a Oslo y el tren al centro de la ciudad (los trenes de cercanías noruegos son una delicia, como cabría esperar), fuimos a Anker Hostel, donde habíamos vuelto a reservar, con intención de echarnos a dormir por la mañana. La gran decepción llegó…
El único propósito del día 14 era pescar. La idea de conseguir una barca, pescar un bacalao y comérselo allí mismo había arraigado tanto que ya no podíamos concebir que acabara el viaje sin hacerlo. Así que no demasiado tarde, aunque sin prisa, recogimos todo de nuestra supercabaña, pasamos a devolver la tele al tipo militar del hostel, y arrancamos en busca de arrendadores. A medida que fuimos probando en sitios fuimos descubriendo que eso de que llegabas a Lofoten…
Llegábamos ya al final del viaje y el checkpoint embarcadero estaba sin marcar. Además había surgido un nuevo checkpoint, pesca, también sin fullfillear. Pero hoy podía ser el día. Viajábamos hasta Å, el pueblo con nombre más corto en el que hemos estado (y eso que habíamos visitado Ea en alguna ocasión). Å está en la punta más occidental de Lofoten por lo que el viaje desde Svolvaer nos llevaría un buen rato, pero además íbamos a parar en diversos puntos…
La amanecida en Hamarøy fue agradable, no madrugamos demasiado y teníamos un buen desayuno esperando, yogur, galletitas marie (de chocolate, las más baratas y nuestras fieles compañeras de todos los días), y zumo barato. Pronto nos pusimos en marcha y nos despedimos de aquella cabaña, que era una de las más grandes que habíamos tenido. Para cruzar a Lofoten había que coger un ferrry, así que fuimos a la recepción del camping a informarnos. En esta ocasión no estaba la…
Día gris en Mosjoen, que anticipaba lo que sería la jornada. Teníamos dos rutas posibles para hacer unos 500 km. La ruta turística que bordeaba la costa y una ruta interior que no tenía gran cosa, pero en la que se hallaba la casa museo del círculo polar, en la altura en la que se cruzaba la línea del polo Norte. Éste era un checkpoint importante así que decidimos subir por la ruta interior hasta el círculo polar, después volver…
La paliza. Nos esperaban un montón de horas de carretera para llegar a la mitad de nada, de donde saldríamos a Lofoten. Lofoten, la tierra prometida. El décimo día teníamos que llegar hasta mitad de camino entre Trondheim y Lofoten, concretamente hasta Mo i Rana. Una pequeña palicilla, que se iba a quedar en nada, ya que no íbamos a llegar hasta Mo ir Rana, si no que nos quedábamos antes, con lo que el día 11 sería peor incluso….
Los días de turisteo por el sur de Noruega acababan hoy. La paliza de coche para subir a Lofoten empezaba hoy mismo, aunque con tranquilidad, nos esperaban 3 largos días de conducción intensiva. No nos levantamos demasiado pronto sin embargo. Las cabañas de Geiranger invitaban a dormir. Antes de coger el ferry que nos llevaría por el fiordo más famoso de Noruega, subimos el superpuerto que habíamos bajado la noche anterior, ya que Karlstad había leído que había una cascada…