Diario de un calabacín en Islandia – Día 11: Laugavegur Transfer
Amaneció Reykjavík. Tras una plácida noche en el Sunna Guesthouse, nos lanzamos temprano a comprar los últimos souvenirs por las calles importantes de Reykjavík. Bufandas, gorros, postales, pins, puffins de peluche, y la clásica sudadera “égg tala ekki islensku” (no hablo islandés), y sin mucho tiempo para gastar, fuimos a devolver el coche a la estación de autobuses. El tipo de la compañía no se presentó el muy huevón, (el mismo que nos había dado las llaves sin consultar quiénes…