Y 5 años después
Llegó el vídeo de Islandia
Llegó el vídeo de Islandia
“ése es el de Matt, éste es el nuestro” :D
Amaneció Reykjavík. Tras una plácida noche en el Sunna Guesthouse, nos lanzamos temprano a comprar los últimos souvenirs por las calles importantes de Reykjavík. Bufandas, gorros, postales, pins, puffins de peluche, y la clásica sudadera “égg tala ekki islensku” (no hablo islandés), y sin mucho tiempo para gastar, fuimos a devolver el coche a la estación de autobuses. El tipo de la compañía no se presentó el muy huevón, (el mismo que nos había dado las llaves sin consultar quiénes…
La amanecida cayó por la mañana. Hoy teníamos que dejar Bíldudalur, una lástima, con sus buenas gentes, su estupenda situación geográfica, y su terma. Íbamos al ferry que nos cruzaría a la península de Snæfellsnes. Si alguna vez queréis coger este ferry, reservadlo con antelación porque ya vimos gente quedarse en tierra. En cualquier caso, la mayoría de la gente hacía la ruta inversa. Al parecer, el recorrido estándar de la isla es en el sentido horario, como nos dijo…
Amaneció sin avisar. Llevábamos ya casi 3000 kilómetros a nuestras espaldas, pero la ruta de hoy se las iba a traer. Iba a ser todo coche. El objetivo, llegar al extremo más occidental de los fiordos oeste, y ver un acantilado con puffins. Era un trayecto tremendamente largo, ya que había que bordear todos los fiordos que había de camino, en vez de ir en línea recta Además, había bastantes tramos de pista, por lo que se volvía más complejo…
Durmiendo como troncos, fue difícil saber cuándo iba a amanecer. Pero no pudimos demorarnos demasiado, hoy teníamos un largo camino hasta Ósar. Siguiendo nuestra estrategia de coger albergues deslocalizados, porque eran los únicos en los que había sitio, esta noche tocaba Ósar, un albergue recomendado por la guía, que estaba al lado de absolutamente nada, y lejísimos de nuestro punto de partida. Iba a ser otra jornada de coche intensiva, pero teníamos tiempo para parar en algunos sitios de alto…
La noche acabó cuando empezó a amanecer. Como diría Dexter “tonight’s the night”, pero en día. Hoy era el día. Íbamos a ver ballenitas, después de haberlas comido, y oído sobre ellas, por fin habría que verlas. Para ello, salimos pronto hacia Husavík (bahía de las casas o algo así), una bonita, y un poco hippy población en una bahía. Esta es la ciudad, a parte de Reykjavík, en teoría más adecuada para ver ballenas, tiene dos compañías que hacen…
Amaneció, que no era poco. El quinto día era el día más temido y a la vez más apasionante. El objetivo era subir a Askja, uno de los volcanes más brutos de Islandia. En 1875 hizo erupción matando a buena parte de la población cercana, la nube de ceniza llegó hasta Suecia, y los residuos que produjo envenenaron la tierra provocando una hambruna que hizo emigrar a otra gran parte de la población. Pues allí íbamos. Al maldito cráter, por…
Otro amanecer curioso, ya que antes de que amaneciera, todavía era de noche. El cuarto día de viaje prometía ser un día espectacular y tranquilo, viajando entre los fiordos del este de Islandia, desde Höfn hasta Seyðisfjörður. Partiendo de que no estábamos en Höfn, en Seyðisfjörður no había sitio para dormir, y el bueno de Guðjón nos había dicho que venía un frente de “shitty weather”, todas nuestras expectativas se tumbaron, para hacer frente a un largo día de coche,…
Cuando amaneció descubrí que aún quedaban horas para que amaneciera de verdad. Escuché a los pájaros (que deben de andar afónicos, por tener que cantar en unos amaneceres tan largos) y volví a dormirme hasta las 6. Sin desayunar arrancamos hacia Skaftafell, donde nos esperaba una de las lenguas de Vatnajökull, el glaciar más grande de Europa, que cubre aproximadamente un 20% de la isla Al de pocos kilómetros descubrimos que se había activado el sensor de presión baja en…