Kiwi el Aucklander 10.1: Gusanoland
El 6 de febrero es el día de Waitangi, la fiesta nacional de Nueva Zelanda, y como caía en martes teníamos ante nosotros un finde de 4 días, que aprovechamos para hacer una excursión de las largas. El plan era acercarse al centro de la isla norte, que está a unos 250 km de Auckland, que parece poco, pero al final las distancias se hacen largas cuando tienes carreteras de 1 carril para llegar a ellas, y tu velocidad media no pasa de 60. El primer día íbamos a visitar Waitomo, las cuevas más famosas de Nueva Zelanda y uno de los destinos más visitados y recomendados en las guias. Sobre el papel 198 km nos separaban de las cuevas. En la práctica, tardamos casi 4 horas en llegar. Entre paradas, atascos y carreteras de tercera.
Waitomo es un complejo de cuevas que se pueden visitar individualmente o en conjunto y que tienen como principal atractivo la presencia de unos gusanos que dan luz azul, haciendo que los techos de las cuevas estén llenos de lo que parecen leds azules. Nosotros hicimos el tour de la cueva principal y un poco sin más. En primer lugar te enseñan algunas zonas de la cueva y te explican lo que es una estalactita y te enseñan algunas a las que les han puesto nombre. Muy Vietnam todo hasta aquí. Luego llevan a una sala en la que hay algunos gusanos, muy pocos y con mucho menos brillo que en las fotos promocionales. Lo mejor es que hay un momento que dan la,luz y te explican como cazan estos gusanos, dejando caer un hilo de baba al que se pegan los mosquitos atraídos por su luz. Y funciona, vimos efectivamente mosquitos cayendo atrapados en los hilos. Esto molaba. Luego te llevan a un barquito y navegas por un río interno a la cueva que ahí si, el techo está plagadiiiiisimo de gusanos y parece que estás navegando bajo las estrellas. Esta muy bien esta parte pero no dura mas de 10 minutos. En resumen la cueva tiene potencial pero pagar 60 dólares por 10 minutitos de gusanos y una larga explicación de lo que es una estalactita pues como que no. Algo que me molesta mucho más es que no te dejan hacer fotos de la cueva, ni vídeo. Entiendo que restrinjan el flash, y que las fotos de alguna manera las prohiban para asegurar que nadie use el flash, pero el vídeo es inocuo, y básicamente hacen esto para venderte las fotos que te han hecho ellos a la entrada. Además te timan, y te dicen, justo al salir tendréis opción de hacer alguna foto, pero el momento en el que te dan permiso es fuera de la cueva ya… Así que cero fotos de Waitomo en mi página, si no pongo las mías no voy a poner unas suyas para que la gente vaya a verlas, cosa que no recomiendo. Por otra parte, hay otro tour de las cuevas que no sé si ven gusanos o no, pero que tiene mucha mejor pinta, que consiste en hacer un rafting por un río interno. Eso sí, 200 dólares.
La visita a las cuevas había sido a las 4 de la tarde, que incluyendo comer en un descampado, es todo el tiempo que nos había llevado desde las 10 de la mañana que salimos de AKL para llegar a ellas. Realmente necesitas tiempo para moverte por NZ.
Por la tarde teníamos que ir a la casa donde nos alojaríamos esa noche y estar allí para las 8, que es cuando nos esperaba el señor. Pero antes decidimos visitar las Marokopa falls. Estaban en sentido opuesto al que íbamos a dormir, pero merecía la pena. Solo eran 30 km, así que podían ser 45 minutos para llegar.
Las cataratas de Marokopa estaban bonitas. Tenían un interesante camino de 10 minutos que te transportaba, de nuevo, a parque jurásico, y al final llegabas a una pequeña terracita donde las cataratas se veían a lo lejos romper con fuerza sin mojarte. Estuvimos un ratejo allí viendo como una chica vestida impecablemente se metía en el barrizal de más abajo para conseguir la foto instagram perfecta, que se la haría su esclavo fotógrafo
Tras las cataratas, y en el camino de vuelta, paramos en el puente natural de Mangapohue, una formación de roca que hacía un puente de bastantes metros de altura sobre un río. La visita al puente también tenía paseo majo, incluyendo unos descampados propios del hobbit, pero eso mañana.
Cuando acabamos nos fuimos hacia Te Kuiti, un diminuto pueblo en medio de la nada que era donde íbamos a dormir. A la hora exacta llegamos a una casa estilo la de los puentes de Madison, con sátiras decoradas colonialmente, techos altos y un acogedor dueño que era un poco extraño pero nos trató como si fuéramos sus hijos. Después de acomodarnos en las habitaciones salimos a buscar algo de cenar y no encontramos gran cosa salvo una especie de pub enooorrme que estaba vacío y que tenía varias pistas que anunciaban follon, pero el follon nunca terminó pasando. Sin embargo nos comimos unas hamburguesas estupendas un enjambre de camareras que no tenían nada más que hacer, porque estábamos sólo nosotros. Eran todas maorís y en el pueblo también, y daba la sensación de que llevaban mucho tiempo sin ver occidentales.
Cuando vimos que allí no iba a venir nadie más, y con las hamburguesas en el buche, nos fuimos al sobre, donde pude usar una almohada plátano, estupenda para apoyar la cabeza y abrazar al mismo tiempo :D
4 comentarios sobre “Kiwi el Aucklander 10.1: Gusanoland”
Veo que los caminos de madera a la orilla Del Río , está está en todo el mundo ;)
Los gusanos…. pues la foto ya es bastante elocuente. Así que como bien dices , con aviso previo , no pagas los 60 pavos
el combo garganta-cascada-pasarela de madera es un clásico
Jajajajaa. Será la primera vez que no te dejan hacer fotos en una cueva. La pela es la pela.
Por las fotos parece un día de planazo para apuntar.
Pues si, es así.. de todas formas en otras como eisenriesenwelt nos ponían la excusa de no hacer colas… Pero aquí nada.. no hagas y punto.. ains..