Kiwi el Aucklander 9: Enero frío y gris
Sí claro, en Auckland. Frío y gris, jajaja. Más bien todo lo contrario, lo que viene pareciéndose a un julio por allí. Tuvo algo de gris al principio, que hubo una semana de lluvia, pero parece que eso quedó atrás, para volver la semana que viene, que nos vamos de excursión. En este mes hemos visitado varias veces la playa de Takapuna, que es de las más agradables de Auckland, con su jardincito detrás lleno de gente, y que tuvo unos cuantos días de aguas agitadas por la tempestad navideña, pero que ya ha vuelto a su cauce.
Otro día estuvimos en Saint Heliers, que suena a pueblo de la costa azul, y cuando vas allí lo parece más todavía, por la playa, y las casas y los coches que hay. Está junto a Mission bay, donde ya habíamos estado antes y que tenía potencial, pero estaba un poco arruinado por lo masificado que estaba. Las playas urbanas aquí son como una especie de parques, tienen un gran jardín detrás, muy bonito y práctico para tumbarse a la sombra de un árbol, y luego la arena. El problema es que, exceptuando Takapuna, son más bien estrechitas, tienen una arena muy limitada, y generalmente poco fina, así que invitan poco al baño, salvo cuando hace mucho calor.
Pero antes de llegar a Saint Heliers y comer en un restaurante “español” que ofrecía cosas como “huevos rancheros” (…), pasamos por el acuario, una instalación privada, de hecho lleva el nombre de una persona en su nombre, pero que actúa como si fuera pública. Este acuario es un poquito más grande que el de Donosti, y tiene cosas interesantes, como un tubo ártico que gira alrededor de una pasarela, dando una sensación de que es uno mismo el que está girando y mareando bastante, y un tubo de cristal con tiburones (típico, tópico, del jurásico), que tiene una innovación respecto a otros acuarios, tiene una pasarela móvil como la de los aeropuertos, pero circular. Así que te quedas quieto y te va moviendo lentamente por el tubo, y como es circular puedes dar N vueltas. Junto a la pasarela hay zona no-pasarelil, así que puedes bajarte a estar parado puntualmente.
El acuario tiene pingüinos, algo que no se suele ver mucho en este tipo de sitios, por el fresquito que necesitan (y porque ese agua tan fría hace que la humedad condense en la pared del tanque y realmente están siempre empañados por fuera, y baja la visibilidad). Pero bueno es curioso ver a los pingüinos haciendo el pingüino y lanzándose por diversos toboganes y pasarelas. Aun así, de esta parte una de las cosas que me llamó la atención era un tubo en el que podías meter la mano y probar lo que era meter la mano en agua de la antártida. Te retaban a tenerla 30 segundos, pero ninguno consiguió pasar de 5. Después un golpe de sangre venía de golpe a la mano y la sentías vivaaaa.
Otra de las innovaciones que hemos hecho en este mes es aprender a hacer pizza. Resulta que Elisa, la italiana de KEDRI, nos intentó enseñar a hacer masa de pizza allá por diciembre, pero fue un intento fallido. Esta vez hemos tomado el control y nos hemos puesto a ello. Con gran éxito. En primer lugar necesitábamos dos días, ya que según ella, y le vamos a creer porque el resultado habla por sí solo, hay que hacer la masa un día y dejarla al menos 12 horas reposando. Así que quedamos un miércoles para hacer masa y un jueves para cocinarla.
Parece ser por cada parte de harina se echan 0.6 partes de agua. El agua se echa tibia, ya que luego hay que poner levadura y se tiene que activar. La harina tiene que ser especial de panadería. Yo pensaba que todas estas cosas eran bullshit, pero parece que tienen una explicación química bastante relevante, en cuanto a formación de gluten, endurecimiento y ternura del resultado. Bueno el amasado es también muy importante, ya que un amasado muy duro (como el que hice yo), favorece la formación de ciertas moléculas que hacen que la masa se endurezca y luego no se pueda trabajar con ella. Así que tuvimos que compensar. Por cierto también echamos un poco de aceite (un bastante, al final), y sal.
Al día siguiente la masa estaba aparentemente más dura de lo que debía, debe ser una bola blandita y agradable, y estaba un poco dura, pero aun así se podía operar con ella. Resultó de todas formas que cuando estuvo un rato fuera del frigo y cogió temperatura ambiente se ablandó, y estaba exactamente como debía. Así que no lo hice tan mal.
Tiempo de rellenar, y algunos trucos infalibles de la italiana, que hacen que la cosa mejore mucho respecto a las mediocridades de pizza que hago en Bilbao:
-Poner poco tomate, no tiene que ser una balsa de tomate, porque eso ablanda la pizza. Usamos un bote de 300 gramos (allí me da para una pizza), y aquí nos sobró casi todo el bote e hicimos dos pizzas con él.
-Si lleva tomate, mejor comprar uno triturado al que le añadimos sal, azúcar, aceite y pimienta.
-Si lleva tomate u otro componente así muy líquido, es mejor antes de poner el resto de ingredientes, meterla 10 minutillos al horno, no muy fuerte, que no se cueza la masa, para que el tomate se seque, y luego no arruine la masa. Punto super clave, no quedó buenísima haciendo esto.
-Usar pocos ingredientes, y elegirlos bien. Nuestras pizzas tenían 2 o 3 ingredientes, alguna 4, y con eso bastaba.
-Cambiar la base de tomate típica por alternativas: hicimos una con una especie de puré de calabaza en vez de tomate, champiñones y queso ahumado, que estaba ultra buena. (de hecho es mi favorita). Y otra con salsa de pesto en vez de tomate. A esta se le añaden unos tomates cherri y queso. Y carril, super rica.
Y con esas cosas nos salió pizza para alimentar a una familia de tragaldabas (como es el caso) y que sobrara.
Pizzas de verdad. Hay que volver a practicar pero como sigan saliendo así de buenas dejo el machine learning, el tráfico y las redes neuronales y me meto a pizzero. Pizzeria Baggiu.
Bueno el fin de semana pasado fue largo, parece que era el cumpleaños de Auckland, una especie de Aste Nagusia de Auckland (ya estuve en la de Ginebra, que apestaba, y ahora toca Auckland), y el lunes era fiesta. El sábado a pesar de ello nos largamos a Ruakaka, que contra lo que su nombre parece indicar, es una playa ultrabonita. Larguísima, de arena blanca y aguas azules, y olas divertidas. Allí pasamos el día entre chombo y chombo, picnic playero y estrenando el nuevo refugio. Aquí sin refugio, sombrilla proh, o algo así, no puedes estar en la playa, porque el sol casca tantísimo que mueres. Todo el mundo viene con una especie de tienditas de campaña abiertas por delante para resguardarse del sol. Así que si no fuera porque las playas son enormísimas y está todo el mundo disgregado, parecerían un camping.
Ha habido que salir de la bahía (200 km al norte) para encontrar aguas cristalinas de verdad, ya que en la bahía de AKL siempre están turbias. Pero aquí pudimos echar unas buenas fotos submarinas y bueno hacer el mono submarino también.
Quién nos iba a decir que el 27 de enero íbamos a estar rogando entrar en el agua para quitar el calor. Por cierto que hasta ahora, todas las playas en las que nos hemos bañado (y no son pocas), tienen el agua supppper calentita. Puedes entrar a lo cafre sin que te dé cosica, lo cual se agradece mucho, y sorprende un poco también, no estamos tan lejos de la Antártida.
DE vuelta a casa paramos en unos lookup points desde donde se ve lo que podría ser Hobbiton (todavía no!), colinas y quebradas estilo Tolkien, las playas de fondo… Es una zona bonita, esta de Whangarei.
El domingo y lunes yo me quedé por AKL para ver un poco lo que había montado de festejos y movidas cumpleañeras. Bastantes de las actividades eran maorís, como montar en un barco maorí, remar en un chisme maorí, o ir en un velero maorí. Los maorís son muy de mar. El puerto organizó un evento nocturno (de 6 a 10pm), en el que había conciertos, camionetas de comida, visitas a fragatas (que en vez de HMS eran HMNZS, o sea siguen siendo barcos de su majestad, aunque especificando que eran NZ!), y a última hora, la promesa de unos fuegos artificiales acompañados por orquesta que iban a rivalizar con los de fin de año de Sidney que salen en los telediarios.
El transatlántico paró el concierto con sus bocinas, y así todos pudimos mirarlo bien y notar que estaba allí, y que tiene un macro cine al aire libre en su cubierta 32.
Mofas los fuegos que rivalizan con los de Sidney… Y con el concierto con orquesta ni te cuento. Se tiraron dos horas tocando temas pop sin ton ni son, sin ningún tipo de hilo conductor, tan pronto tocaban Life on Mars (lamentable participación de la sección de viento), como Like a Prayer… Había un trío de cacatúas que son inexplicablemente famosas en NZ que versionaban y destruían minuciosamente cada tema que tocaban. Ahora que lo pienso, quitando a Madonna y a Michael Jackson, todas las canciones eran muy británicas y mucho británicas, así que igual esa era la articulación de todo. Los países de la commonwealth son tannn probritánicos después de todo… Bueno el glorioso final, donde empezaron los fuegos, que estaban a la altura de los que tiran los vecinos de el Kalero (Basauri) en nochevieja cuando se pican unos con otros (altura literal, no iban muy altos, y metafórica, eran una castaña sin orden ni concierto), ocurrió mientras tocaban Bohemian rhapsody, haciendo enrojecer hasta a los imitadores de Freddy Mercury. Después pasaron a una canción de Katy Perry que se llamaba Firework (k astutos, jajaj saludos), para acabar (oooo sí, temazo cumpleañero), con una medley de temas de James Bond!! ¿Por qué no? Live and let die, a view to a kill, moonraker… encima todos los gloriosos de las pelis de Roger Moore… Bueno, lamentaBLA. Pero gracioso. No son muy de organizar movidones los neozelandeses, son más de disfrutar de vida.
La gente muyyy proh, se venía con sillas de playa, toallas y demás, para degustar el cocido popero con buenos tropezones.
En fotos que nos pasaron nuestros reporteros de la calle Union se puede ver el alturón de los fuegos, muy por debajo de la sky tower.
En mi investigación, sigo clusterizando días típicos de tráfico para luego hacer predicciones, y ahora ya estoy escribiendo el que espero que sea mi paper. Estoy tan clusterizador, que hasta me he comprado unos cereales específicos, los cereales del data scientist:
Que están MUYYY buenos, aunque son más caros que los que comía antes (unos tristes copos de avena), merecen la pena. Y encima son data-science compliant, ya que vienen en clusters. Me pregunto si los habrán clusterizado con DBSCAN, con spectral, Kmeans…?
Y bueno, termino la chapa de enero ya, porque el finde que viene hay gran acontecimiento (que parece que se va a ver un poco empañado por la lluvia), pero en todo caso, nos vamos al sur a ver varias cosas: Waitomo, las cuevas con gusanos azules fosforitos; Rotorua, la zona volcánica con geiseres y lagos blancos; y Hobbiton!
Permanescan a la escucha!
8 comentarios sobre “Kiwi el Aucklander 9: Enero frío y gris”
Que envidia dais, malditossssssss… muy chula la entrada!
No todo es playas y puertos con puertas abiertas y compuertas cerradas. También hay clusters, y SNNs… bueno di que eso igual te da más envidia…
Ganas de probar esa pizza
Solo en auckland
Maldito gusano, ya nos harás una en Bilbo,no? Parece que tiene pintaza
pues hay q perfeccionar la técnica pero habrá que hacer sí. Esta semana tengo seminario de gnocchi caseros :D
Míticos gnochi. Esos que siempre pido,jajaja
ahora los sabré fabricar en casa :D