Nueva York para Calabacines – 13. Tenemos visita

Nueva York para Calabacines – 13. Tenemos visita

En el día 13 no pudimos hacer gran cosa, llegaban visitas familiares a media tarde pero previamente teníamos que ir al piso y ponerlo en orden. Dedicamos la mañana a unas últimas compras para la familia y tras comer, bastante pronto, me dirigí a Williamsburg, donde estaba el piso de alquiler.

Nos llevó buena parte del día estar all set, pero a media tarde ya salimos a ver el barrio de Williamsburg, que era nuevo para mí. Este es el barrio donde supuestamente vive la mayor comunidad de judíos de Nueva York, y todos y cada uno de los hipsters, que han tomado parte en ese proceso que los americanos llaman gentrificación, proceso del que hay un interesantísimo artículo aquí.

La verdad es que Williamsburg no parece muy gentrificado, salvo la calle principal, Bedford Avenue, que está llena de restaurantes viejo-nuevos de madera cascada y letreros pintados a mano que todo el mundo sabe que hace que sean mucho más caros, y tiendas de muffins, y hairdressers muy a la antigua usanza, pero a la nueva clavada. Fuera de esta avenida, Williamsburg es un barrio cutre, caro, y descuidado (más o menos como el resto de Nueva York, quitando los cuatro sitios ultraturísticos). Pero hipsters hay por un tubo. Se ven barbucias, bicis fixie, camisas de cuadros, pelos estilo Hitler, rapados por abajo y repeinados por arriba (cuánto daño habéis hecho, Arcade Fire!) y actitud, mucha actitud prepotente. Con razón los antiguos inquilinos del barrio, principalmente inmigrantes latinoamericanos se quejan de esta invasión de peña con máquinas de escribir y iphones.

Seguimos andando hacia el East River para ver si nuestros nuevos invitados podían ver por fin, después de muchas horas de viaje, el primer vistazo de Manhattan.

DSCF4039

 

Son muchas horas de viaje y el cansancio apretaba, así que no tardamos mucho en buscar algún sitio para cenar y acabamos de nuevo en un japonés en el que tras descubrir nuestros invitados el deplorable sistema de propinas americano, y escandalizarse como lo hace cualquier nuevo visitante, y hasta el mismísimo Señor Rosa, nos fuimos al sobre.

Al día siguiente tocaba tour turístico completo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.