Nueva York para Calabacines – 10. Road trip
Seguía siendo un goce aquella cama de Kingston. REmoloneamos un montón, y esta vez sí que teníamos rayos de sol filtrándose. Hacía mucho frío pero también solecillo. Tocaba volver a NYC, pero por el camino pararíamos en algunos pueblecillos.
Lo primero era desayunar, básico trifásico un desayuno continental que nos permitiera llegar a la cena sin comer nada más. Habíamos fichado un diner muy mítico, pero estaba a media hora así que buscamos uno más cercano. El Third Rail Diner estaba a 5 minutos en coche y era poco más que una caravana enorme con mesas y cocina. Era super auténtico. Pero estaba lleno. ASí que decidimos lanzarnos al que estaba a media hora, el Phoenicia Diner.
Este diner es todo lo que puedes esperar de un sitio así. En medio de la carretera, camioneros y familias desayunando, camareras con cofia que te hacen refill de café, y muy espectaculares desayunos.
El Phoenicia Diner se salió de todas las tablas. DEsayunamos como reyes por muy poca pasta, y continuamos nuestro camino al sur.
La idea era ir a SLeepy Hollow, pero estaba muy cerca de NYC, así que antes pararíamos en algún sitio intermedio. Los pueblos que rodean la carretera 9W tampoco es que sean ninguna maravilla, así que poco a poco los fuimos pasando. Nos sentimos un poco como cuando Bart consigue un permiso de conducir y se va con Nelson, Milhouse y Martin, y van pasando por sitios. Sólo nos faltó el vagabundo comiendo helado.
Hacia mediodía llegamos a Bear Mountain, un pequeño parque natural que está cerca de la academia militar West Point, a la que no pudimos asomarnos. El parque estaba alrededor de un lago helado, y tenía unas bonitas vistas al lago y al Hudson
Tras un par de horas de paseo por el lago, seguimos hacia el sur. A media tarde aterrizamos por Sleepy Hollow, famoso por su caballero sin cabeza. Lo más visitable de este pueblo es el cementerio, donde pasamos un par de horas también, en un ambiente agradable y tranquilo.
Luego fuimos a ver el pueblo, que tiene una zona como más de ricachones, que recordaba un poquito a neguri, pero el centro como tal era un poco sin más, aunque nuevamente con buenas vistas del Hudson, que en este caso parece un mar. Habrá unos cuantos kilómetros entre orilla y orilla.
Cuando empezó a atardecer salimos hacia nueva york. Estábamos a sólo 50 km, pero nos estimaba el GPS hora y media, ya que el tráfico de Manhattan es de mofa. Entramos por la avenida 12, al oeste, con buenisimas vistas del río y de todo el skyline.
DEspués de devolver el coche, nos fuimos a nuestra casita, en la zona cero. Todo seguía bastante caótico, pero habían abierto más calles y parecía que esta noche tendríamos menos ruido.
5 comentarios sobre “Nueva York para Calabacines – 10. Road trip”
Este blog esta empezando a parecer el de un critico gastronómico.
Yo creo que después del viaje visita al gimnasio obligada. Estará todo fondón a estas alturas,jeje
4 kilos he perdido macho, no sé dónde los he metido, pero me queda todo enorme. Hoy voy a spining y me parece que no voy a tener ni fuerza..
4 Kilos!!!, pero que has hecho. Habrá que recuperar aquí con unas buenas patatas :)
no me des ideas… :D