Nueva York para Calabacines – 7. Fire, exclamation mark.
El jueves empezó tranquilo. Como tocaba currar, yo me fui pronto hacia el norte, a la Frick Collection. ESta galería de arte situada en la 70 es absolutamente impresionante, yo diría que la mejor de Nueva York, pero no es muy conocida en los circuitos turísticos. La gente siempre va al Moma o al Met. Pero aquí está the real deal! Resulta que Henry Frick era un tipo con mucha mucha mucha pasta, y con buen gusto para el arte, así que el tipo se hizo una super casa en la 5ª avenida y empezó a poner allí todo su arte coleccionado, que es sencillamente increíble. Tiene varios Reembrandts, incluido un famoso autorretrato, Monet, Renoir, Velázquez (sí, volvemos a vernos, Felipe IV!), Bellini, Constable, el Greco, Vermeer, Gainsborough y un largo largo etcétera. Puestos con exquisito gusto, algunos incluso con sorna, como retratos de los miembros de un matrimonio que se habían separado, puestos frente a frente. Creo que si vienes a NY y quieres ver arte, deberías pensar en esta colección antes que en cualquier otro museo.
Cogí el metro para volver a casa, y me reuní allí con Irantzu y nos pusimos a comer. Al acabar, nos echamos un poco en la cama, había cansancio del Arlene’s Grocery del día antes. Llevábamos 30 segundos tumbados cuando se oyó.
Fue un ruido fuerte, aunque no excesivo. Vino acompañado por un bamboleo del edificio, que dio un poco de cosa. Yo pensé por el ruido que se había chocado un camión contra el edificio o así. No fue un ruido ensordecedor. Rápidamente nos pusimos las playeras y el abrigo y bajamos, ya que desde la ventana de Irantzu sólo se ve la calle 6.
Al llegar a la calle, ya había un camión de bomberos allí, y varios coches de policía. Dios son RÁPIDOS! El restaurante japonés en el que habíamos cenado el viernes había volado por los aires y estaban todos sus restos esparcidos por la segunda avenida. SAlía bastante humo y había gente descolgándose por la escalera de incendios. No parecía haber fuego, pero el humo…
Empezaron a llegar más y más bomberos y policía. Al principio no había perímetro de seguridad pero empezaron a ampliarlo más y más… Daba un poco de rollo porque no se sabía por qué había sido la explosión. Pero tampoco se vieron demasiadas escenas de pánico.
La gente estaba tranquila, curiosa. Vimos en la azotea de nuestro edificio a dos tipos, y dedujimos que se podía subir! así que para salir de la calle fuimos hacia la azotea.
Empezó a llegar más y más gente de emergencias y se empezó a ver fuego por la fachada. Pero tampoco parecía haber mucho movimiento, así que nos volvimos a meter en casa para ver alguna serie y quitar el mal trago. EL caso es que nos volvimos a tumbar un poco y de pronto otra explosión. Más suave que la anterior pero con la que también tembló el edificio. Ahí ya la cosa fue más preocupante. La sensación era de que no tenían controlado el tema, así que ahí ya sí cogimos todo y nos largamos echando betún del piso. Al bajar estaba ya todo acordonado desde la calle 10 hasta la 3. Tuvimos que atravesar varios cordones policiales para llegar a fuera del perímetro.
Estuvimos un buen rato andando por calles aledañas, por si veíamos algo. Todo lo que conseguimos ver fue al alcalde Bill de Blasio en una rueda de prensa que se marcó allí en medio de la calle St Marks. We support our firefighters!
Nos metimos en un café The Bean de la primera, sorteando a los policías, bomberos, gente del gas, y periodistas, y allí vimos que el edificio del japonés se había derrumbado. Ahhhh, eso había sido el ruido de la segunda explosión, un edificio yéndose al carajo. Estuvimos un buen rato más viendo la zona cero, pero llegó un momento que decidimos irnos. Sin embargo queríamos pasar por casa primero, ya que habíamos cogido el portátil “por si acaso” y queríamos dejarlo. La policía flipó con que quisiéramos entrar en el edificio y nos acompañaron hasta la puerta (supongo que no descartaban ninguna hipótesis y tenían miedo de que alguien fuera a liarla en el edificio contiguo). Al llegar a la 2ª avenida vimos que ya habían tirado el edificio contiguo al del japonés (que también había ardido ferozmente). Cogimos las cosas para sobrevivir una noche y salimos. Al salir, delante de nuestro portal había un enorme socavon, los trabajadores de Con Edison estaban revisando tuberías de nuestro edificio y había una humareda espeluznante que llegaba hasta la 3ª y la 1ª. Con pañuelos en la cara, nos fuimos hacia Chelsea.
Una explosioncilla de gas no iba a arruinar nuestro plan de gochear canapés y vino en las galerías de arte que se inauguran. Así que nos dimos una caminata literalmente hasta la otra punta de la isla, hasta la 10ª avenida, y quedamos con las amigas de Irantzu.
Entramos en varias galerías, a la caza de vino gratis. Parece que llegamos tarde a todas ellas, ya que no había mucha gente, y tampoco vino. Además, el arte expuesto era bastante mediocre.
Sin embargo al final conseguimos entrar en una en la que había muchísima gente, todo gente rarísima, claro. El vino no se veía por ninguna parte, pero las obras expuestas, sobre Cuba, eran muy muy interesantes. Buenas fotos y buen ambiente. Estuvimos un rato codeándonos con la jet set artística y salimos al frescor de nuevo. Eran las 8 y media y no teníamos muy claro el plan, pero yo no quería volver aún a la zona cero. ASí que dimos con el plan perfecto: subir a una azotea de la quinta avenida a tomarnos unas cañas!
Resulta que en la 5ª con la 27 hay un edificio bastante alto que tiene una azotea con restaurante y bar. Estilo Vietnam pero mucho mucho más guapo. Y con vistas al Empire state y demás.
ASí que allí subimos y echamos la tarde con cervezas de a 9 dólares. Bastante bien
Al final, decidimos volver a casa con un poco de tensión, sin saber qué nos encontraríamos. Fue bastante sorprendente cuando vimos que el edificio de la esquina, que en principio no había sido afectado, era ahora un montón de escombros adicional. Había todavía muchísimos bomberos, policías y trabajadores, y 4 escaleras de bomberos seguían echando agua al montón de escombros humeante. También había bulldozers y camiones de escombros.
ME acerqué a preguntar a un bombero si era safe quedarse en nuesttro edificio. Me dijo muy serio “you live there??? i wouldn’t even think of going back in there” Me quedé de piedra, y él empezó a reírse “no, you’re fine, your building is safe” Maldito bombero que me vaciló! Pero bueno, son majetes y te atienden muy bien.
A la cama. Con el ruido de las bombas, generadores y martillos neumáticos.
Mañana nos largamos de esta ciudad.
6 comentarios sobre “Nueva York para Calabacines – 7. Fire, exclamation mark.”
Sin comentarios al respecto Bayu. Esto ya se esta convirtiendo en costumbre allá por donde vas,jaja. Hubiera pagado dinero por ver tu cara después de la respuesta del bombero,jiji
el maldito bombero se rió bastante d emí
Fotoza del empire state.
seh
ajajajja, cómo me he mofao con el bombero!!
sí, la gente esta es así.. :D