Nueva York para Calabacines – 2. Música culta y música popular

Nueva York para Calabacines – 2. Música culta y música popular

Ya era sábado, y como tal, tocaba brunch. Y ópera.

Sin madrugar demasiado salimos hacia la zona de Columbus circle, la esquina inferior izquierda de Central Park. Subiendo por Columbus Avenue, una de las avenidas chachis del west side, llegamos a la altura de la 79 a Isabella’s, una cafetería imponente, muy bonita, que ofrece brunches, como muchas otras de NY. LA particularidad de esta es que estaba cerca la ópera, a la que íbamos a ir a la sesión matinal. Así que una buena manera de empezar el día es con un superbrunch.

IMG-20150321-WA0001

Los huevos benedict y los waffles con fruta están tremendos, y nos pegamos un buen festín. El error fue pedir un café “especial”, no el regular coffee que te sacan por defecto con el brunch, ya que a parte de cobrarnos 5 pavazos por café, no había refill. Si hubiéramos ido con el del brunch habrían sido 0 pavos y refill, aunque café de peor calidad. Hay que tener en cuenta que los precios van sin tax y sin tip, así que de media son un 25% más caros.

Anyway, fue un gran desayuno.

Antes de entrar en la ópera estuvimos haciendo un poco el mono por Lincoln CEnter y alrededores, recordando donde fue grabada la escena entre Bill Murray y Sigourney Weaver de cazafantasmas.

DSCF3710

DSCF3715 DSCF3712

Había nevado mucho y todavía quedaba mucha nieve del día anterior, que se iba desprendiendo de los árboles en bloques gordos. Como nos sobraba un poco de tiempo también nos acercamos a Central Park, que estaba completamente blanco.

DSCF3717

La MEtropolitan Opera es un edificio bastante sobrio pero elegante, bastante distinto de los palacios de ópera europeos, pero con alguna peculiaridad importante, como los subtítulos, que en vez de proyectarse encima de la pantalla, están integrados en cada asiento en una pantallita, y son multiidioma. Además tienen un filtro para que sólo puedan ser vistos desde en frente, de manera que no ves brillar las pantallitas de los asientos de al lado, lo cuál se agradece mucho.

IMG_20150321_141800

LA ópera, MAnon, estuvo a la altura, y el tenor que hacía de des Grieux se salió mucho. Buenos decorados, buen vestuario, buena orquesta, y en general, muy buen resultado.

ASí, tras cuatro horas y media salimos de nuevo a la calle. Hacía mucho más sol, y lo más sorprendente: no quedaba NADA de nieve. Central park estaba verde, las calles secas… Hacía 4 horas estaba todo blanco y en un momentito todo cambió a como si nunca hubiera nevado.

Paramos en un Starbucks (uno mítico de nuestra anterior visita) a coger gasolina, ya que íbamos a bajar hasta nuestra casa en la 6ª andando. Nos llevaría más de dos horas llegar hasta casa, haciendo quiebros, cambiando de calles, y visitando lugares míticos, como la calle de los joyeros que está sobre la 44 o 45 y la 6ª avenida. Como todos los joyeros de esa calle son judíos, y era shabbat, nos encontramos todo cerrado. Y poco a poco fuimos bajando y se nos fue haciendo de noche.

Está muy bien recorrer Manhattan de norte a sur cuando atardece, porque cada bloque que atraviesas cambia ligeramente el color del cielo que ves atravesar de este a oeste.

Después de cenar algo en el apartamento, salimos a buscar algo del tan variopinto entertainment que ofrece Nueva York. Y tras enredar un poco acabamos en The MArie’s Crisis, un muy muy recomendable garito de Greenwich, cerca de la calle 4, que tiene un piano, y un pianista que toca canciones de musicales. Todo el mundo que está allí, se arremolina alrededor del pianista y canta las canciones, que son de todo tipo de musicales y que increíblemente, todo el mundo se sabe. De ve en cuando algún animao se lanza a cantar en solitario, y todos lo hacen de forma impecable. Hubo un gran momento en que tocaron I feel pretty, de West side story, y entró un tipo gigante, calvo y con cara de pocos amigos, que se puso a cantarla a pleno pulmón, haciendo que no se oyera a nadie más.

Después de unos cuantos temazos nos volvimos para casa fichando por el camino otro bar con muy buena pinta: Music inn. DEsde fuera parecía una tienda de guitarras, con guitarras, banjos, bajos, laúdes y demás colgando por todas partes. Pero dentro había música en directo y un montón de gente. Ya había plan para otro día.

2 comentarios sobre “Nueva York para Calabacines – 2. Música culta y música popular

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.