Vietnam y Camboya, Episodio 8: HCMC

Vietnam y Camboya, Episodio 8: HCMC

No teníamos mucha prisa en Da Nang, pero la imagen de las cucarachas correteando por el baño de la noche anterior hizo que no nos costara mucho dejar nuestro espartano hotel de la ciudad más china de Vietnam. Un desayuno más digno de las cumbres del Himalaya que de un hotel de una ciudad hiperturística nos hizo salir huyendo hacia el aeropuerto. Según google maps, el aeropuerto de Da Nang estaba a 10 minutos andando del hotel, que estaba en el centro. Era un poco chocante, pero cuando cogimos el taxi para ir, descubrimos que era así.

Después de varios autobuses y trenes infernales, sabíamos que la mejor forma de ir al sur era coger avión, así que no tuvimos duda. Cutrelínea Airlines, y … a Saigón.

Echamos buena parte de la mañana entre el aeropuerto de Da Nang y la llegada a Saigon, para luego coger un taxi, con las precauciones antitimo de rigor.

Al ir viendo Saigon, o como la llaman ahora, Ho Chi Minh City, a mi me dio una impresión un poco de decepción. Me esperaba una ciudad tipo la Saigón que aparecía en El mañana nunca muere, de James Bond (luego supe que las escenas de Saigón estaban grabadas en Bangkok), y me encontré una ciudad, que dentro de lo asiático, era bastante europea. Plagada de turistas, y de rascacielos, pero con calles ordenadas, rectas, semáforos!!! que son respetados por los conductores!!!! Dios! si casi parece Japón! (No. Ni de palo). Aunque también tenía sus mercadillos callejeros…

 

En perfecta consonancia con los rascacielos comerciales…

Al llegar a nuestro “hotel”, descubrimos por qué un hotel en un lugar tan céntrico de una ciudad tan turística era tan barato. Estuvimos un buen rato en la “recepción”, un habitáculo no mucho más grande que mi cuarto de baño de casa, esperando a que nos atendiera una chica que perfectamente podría haber sido americana de padres vietnamitas, por la forma que hablaba inglés, el acento, e incluso por la forma de vestir. Era muy simpática y bastante directa con todo lo que le preguntábamos. Sin rodeos. Pero nos la clavó sin precedentes. Llegaremos a eso.

Nos dio nuestra “habitación”, en nuestro caso, un habitáculo que tenía el mismo tamaño que la cama, con 10 cm más por un lado, y unos 60 cm más por los pies. También tenía una gloriosa ventana que daba al pasillo del edificio, y un cuarto de baño del averno. La cabaña ahumada de Mao en las montañas de Sapa era mucho mejor refugio que este hotelucho de mala muerte, paradigma del ultraaprovechamiento del espacio. Al menos la recepcionista era maja. Y estaba supercéntrico, eso sí.

Antes de empezar a vagar sin rumbo le pedimos a la recepcionista que nos dijera cómo demonios ir a Camboya. Resulta que no es algo trivial.  Habíamos buscado bastante por internet y teníamos bastantes ideas, pero en cada sitio dicen una cosa y no queda nada claro. La chica nos ofreció su paquete de viaje, que tenía un muy buen precio, pero queríamos contrastarlo con otros antes de cogerlo. En Camboya tienes por un lado la capital Pnom Penh, que está más o menos bien comunicada por avión y por autobús (incluso por río), con Saigon y con otras ciudades. Pero los vuelos son bastante caros. Venir de Da Nang (800 km) nos había costado 30 euros trayecto, y volar de Saigon a Pnom Penh (400 km) costaba 200. Además, aunque en la capital hay cositas interesantes (básicamente museos de los horrores de los jemeres), si vas en plan viaje relámpago como nosotros, lo que interesa realmente es ir a Angkor, y esto está al lado de Siem Riep, que está a un buen trecho de la capital (unos 200 y pico o 300 km). Así que básicamente tenías varias opciones, si quieres ir rápido:

Bus hasta Pnom Penh, cambiar de bus, y otro hasta Siem Riep. Opción muy barata, y que lleva mucho tiempo, un día entero (12 dólares nos costó). No hay buses directos (o eso nos dijeron en todas partes)

Bus hasta Pnom Penh, coger avión hasta Siem Riep. Demasiado caro, porque los vuelos internos tampoco son para echar cohetes de baratos. Y es muy difícil de combinar.

Avión a Siem Riep, directo. Muy muy caro (desde Saigon)

Avión a Pnom Penh, y bus a Siem Riep: bastante caro, y malas combinaciones

Ir de alguna manera hasta Pnom Penh y luego en barco hasta siem riep. Te eternizas en el barco

Opción inversa, ir en barco hasta Pnom Penh, y luego de otra manera hasta Siem Riep. Lo mismo. Tiene el atractivo de que cruzas la frontera en el río.

Por lo que pudimos ver, no había opción netamente buena. Así que nos decantamos por la más barata (WEEE, error!!), aunque la recepcionista insistía en que era la única manera, que lo del río ni de coña, y blablablá. (nosotros sabíamos de gente que había hecho el itinerario en barco, claro que con muchos más días y demás)

En fin, tras consultar los precios y la opción de la chica del Nguyen Khang (nuestro hotel), le preguntamos también un buen sitio para comer, y nos recomendó uno cercano, así que por fin, a medio día, nos lanzamos a conocer un poco la ciudad más emblemática de la guerra de Vietnam.

Lo primero que hicimos fue comer en el sitio recomendado por la tipa, que resultó estar bastante bien. Era un noodle bar, con muy poco espacio para comer, pero buena comida. Con las barrigas llenas, y tomando nuestras primeras dosis de Malarone, partimos hacia la exploración preliminar de Ho Chi Minh City.

Para ello nos hicimos el recorrido propuesto por la Lonely, que básicamente te muestra los sitios más relevantes: el mercado gigante que hay en el centro, el puerto con los barcos que parecían casinos, el mercadillo callejero y la super torre, a la que no pudimos evitar entrar y subir a la última planta, para tomarnos la coca cola más cara de todo el viaje (unos 3 euros la unidad, que es como si aquí te cobraran 20 euros por una coca cola). Así que como había salido bien caro, estuvimos un buen rato allí apalancados.

aprovechando las vistas.

De otros edificios insignificantes de Saigon

Y el Mekong

Al salir seguimos el tour nocturno por las inmediaciones, visitando los barquitos-casino, que eran restaurantes. Había tanta competencia que estaban casi todos vacíos. Parece que no hay tantos turistas dispuestos a comer en un sitio tan hortera.

Luego seguimos por los boulevards franceses que hay en el centro élites de Ho Chi Minh. Hay una zona con alamedas, calles iluminadas, anchas, ordenadas, iglesias, que básicamente parece que estás paseando por París.

El super teatro de Ho Chi Minh.

Los franceses estuvieron aquí hasta hace bien poco, pero su influencia es clarísima. Fachadas neoclásicas, luz, y jardines, algo que parecía imposible de ver en cualquier otro sitio de Vietnam. También había tiendas elegantes, boutiques y centros comerciales dignos de Londres o Nueva York. Se nota que el sur era el “bando capitalista” en la guerra (en realidad no, en Vietnam del sur hubo dos bandos y una guerra civil previa a la guerra de Vietnam, y de hecho fueron los que más cobraron en términos de recibir bombitas, napalm, y defoliantes, pero bueno, con pincel muy muy gordo, el norte eran los comunistas y el sur los nobles capitalistas que se iban a pasar al lado oscuro (o al lado rojo más bien)).

El hotel donde se alojaban los periodistas en la guerra.

Y la oficina de correos, con un reloj de diseño claramente suizo.

Tras esta interesante visita con guía auditiva patrocinada por Lonely planet, (y de ver que había un cine en uno de los megacentros comerciales y podíamos ver peliculón, como era tradición en los viajes), volvimos a la zona del hotel, donde había bastantes agencias de viajes para consultar el tema del viaje a Camboya. Nadie nos dio buenos resultados, o se tardaba demasiado, o sólo iban a Pnom Penh, o … problemas , siempre problemas. Cómo irá la gente a Camboya?

Al final decidimos coger el de la tipa del Nguyen Khang, que nos dijo que era un buen autobús, y que en Pnom Penh esperaríamos poco tiempo, y que al llegar nos esperaría un Tuk Tuk, incluido en el precio para llevarnos al hotel de Siem Riep.

Todo acabó siendo sólo parcialmente cierto.

Nos fuimos a nuestros zulos a dormir, ya que, olvidaba contar, el bus a Pnom Penh salía a las 5.30 am.

 

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