Alemania y Austria, capítulo 14: Mil cucos y un Knuckel
Amaneció lluvioso. Muy lluvioso. El plan consistía en ver Triberg, el pueblo de los mil relojes de cuco, y en el que había una famosa cascada también, que quizá no fuéramos a ver con aquella lluvia. El desayuno en casa de Doris fue correcto como siempre. Con un poco de pereza subimos al coche para dirigirnos a Triberg. Había que ir por carreteras secundarias, lo cual siempre se agradece en la Selva NEgra, ya que se ven los mejores paisajes….