Diario de un calabacín en Islandia – Día 11: Laugavegur Transfer

Diario de un calabacín en Islandia – Día 11: Laugavegur Transfer

Amaneció Reykjavík. Tras una plácida noche en el Sunna Guesthouse, nos lanzamos temprano a comprar los últimos souvenirs por las calles importantes de Reykjavík. Bufandas, gorros, postales, pins, puffins de peluche, y la clásica sudadera “égg tala ekki islensku” (no hablo islandés), y sin mucho tiempo para gastar, fuimos a devolver el coche a la estación de autobuses.

Bless Reyjavík
Bless Reyjavík

El tipo de la compañía no se presentó el muy huevón, (el mismo que nos había dado las llaves sin consultar quiénes éramos). La conversación con Sedanur fue algo así

-Hola, somos los tipos que tenemos que devolver el coche

-Qué coche?

-Un Jeep Cherokee

-ah… mm… y dónde estáis?

-en la estación de autobuses.

-ah… podéis dejar las llaves en la guantera y dejarlo abierto

– … ¿?…………………… ok…

-ala, buen viaje.

Menudo feliz de hombre.

A partir de ahí todo fue el coñazo de los aviones, los controles de seguridad y las largas horas en Stansted. Si hay algún lugar odioso en la tierra, son los aeropuertos, y si hay uno particularmente odioso, ése es Stansted.

Muchas horas en Stansted. Muchas horas. Cartas. Desayuno. Security. Aduana. Security. Boarding pass check. Security. Security. Y por fin al avión.

Vuelta a Bilbao. Demasiada gente. Demasiado calor. Demasiados pocos cambios de tiempo. Demasiadas carreteras, con demasiado asfalto y demasiados coches. Demasiados árboles. Demasiados pocos puffins. Ninguno. No quiero volver…

Volveré...
Volveré...

2 comentarios sobre “Diario de un calabacín en Islandia – Día 11: Laugavegur Transfer

  1. Puffins de peluche! Buaaah! Tienes que poner una foto tío! No piará también si le apachurras?

    Jejeje, por lo demás… bienvenido a casa! Ya ha pasado tiempo, pero bueno, aunque el mundo está lleno de lugares maravillosos Bilbao tiene un encanto especial, a mi siempre me apetece volver ;D.

    1. :D los puffins de peluche se los dejo a carlos que es el que los compró.

      Todavía sigo con morriña, aunque casi ha pasado un mes.. ais…

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