Calabacín en Caledonia, capítulo 4: Un dram de whisky y una puñalada en el pulmón
Menos mal que íbamos a huir de aquellas caravanas de la muerte. Yo no había dormido tan mal, pero me consta que Iñigoch y Unaigh habían sufrido ronquidos del tipo gigante que el día anterior se había sentado en el sofá ocupando dos plazas y media. Además, las caravanas tenían goteras y el hostel tampoco era el sitio más acogedor que habíamos visitado en nuestros viajes… La isla de Skye es grande, pero en un día en coche se pueden…