Alemania y Austria, capítulo 1: En el principio, todo era Knuckel
El madrugón fue notorio. Teníamos sueño, pero por delante sólo nos esperaba un vuelo de dos horas. Sin escalas. Sin jet lag. A las 10 de la mañana estaríamos ya en Munich, nuestro centro de operaciones del octavo viaje de verano. Así que sin esperar demasiado, fuimos al céntrico Wombat City hostel donde no pudimos acceder a nuestra habitación. Al menos no teníamos mochilas, así que empezamos a recorrer el centro de Munich sin más demora. Todos habíamos estado ya en la…