Jordania, capítulo 2: fronteras sin fronteras
El muecín nos despertó a las 4 de la mañana. A todos menos a Mohamiñigo que seguía experimentando su viaje. No costó mucho volver a dormirse hasta las 8, para ducharnos en las negras duchas del Palace Hotel y bajar a desayunar el glorioso pan de pita con huevo duro, mermelada y quesito. Hoy tocaban los castillos del desierto. A lo largo de Jordania hay un montón de castillos antiquísimos de diversos orígenes: omeyas, cruzados, de reyes españoles… de todo…