Tour Mont Blanc… Improvising Switzerland 2015 – capítulo 1: Mala pata

Tour Mont Blanc… Improvising Switzerland 2015 – capítulo 1: Mala pata

Faltaban dos días. Lo habíamos hablado desde marzo. El Tour Mont-Blanc. Un paseo, comparado con subir-al-Mont-Blanc. Pero con su dificultad. Doscientos kilómetros en ocho días por uno de los macizos más increíbles de Europa, a los pies de su monte más alto. Habíamos reservado todos los albergues, concretado la ruta. Habíamos comprado lo que nos faltaba. Todo estaba pensado. Había algunos nervios, por diferentes motivos.
“¿Puede salir algo más mal?” – Einigen
“¿Estaré a la altura del reto físico?” – Bayunne
“¿Estará a la altura del reto físico?” – Einigen
“¿Nos dejará vendidos el Einigen, tras las noticias que nos ha contado?” – Unaiguille

Pero cuando faltaban dos días todo se disipó. O más bien pasó de ser una fina niebla matinal a un denso humo negro. No sabe lo que pasó. No pisó mal. No hizo ningún movimiento brusco. Simplemente, las fibras se rompieron. En el peor momento. No podía andar. La pasta de dientes estaba fuera del tubo, ya no había vuelta atrás.

B – “Me quedo en casa. Id.”
U – “No!, lo cambiamos todo!”
B – “Nos falta Einigen.”

Einigen estaba, tras muchas penurias, cumpliendo uno de sus múltiples sueños: llegar a la cima del Mont-Blanc. Incomunicado, sorteando rocas y cruzando aristas, y sin saber que en Bilbao estábamos a punto de decirle que cancelábamos el viaje. Esperamos. Todo apuntaba a que la expedición se partiría. El domingo a las ocho de la tarde conseguimos hablar con Einigen. Estaba en el refugio de Gouter. Esa noche partiría hacia la cima del Mont-Blanc.

Todo cambió en diez minutos. De pronto, íbamos a hacer un viaje por Suiza. No teníamos nada mirado, ni qué ver, ni a qué ciudades ir, ni ningún hotel reservado. A última hora, alquilamos un coche para toda la semana y nos pusimos a cancelar todos los albergues que teníamos reservados, perdiendo toda la pasta en muchos casos. Íbamos a improvisar Suiza.

Al día siguiente me encontré con Unaiguille en el autobús. Había trabajado de noche, así que no le había dado tiempo a cambiar la maleta: maleta de montaña para ver ciudades. Chachi. Yo llevaba el equipaje más ligero ever. Seis kilos para una semana.

Por la tarde llegamos a Les Houches, un pequeño pueblo junto a Chamonix, y que era el único del que habíamos mantenido reservas, ya que Einigen bajaba del Mont-Blanc allí, y era un buen punto para encontrarnos y planificar mínimamente el viaje.

DSCF4193
Las vistas desde el hotel de Les Houches no defraudaban. Era el sitio que nos perderíamos.

 

Einigen apareció a las ocho de la tarde, barbudo, con dos grandes bolsas de viaje de montaña y cansancio de dos días seguidos caminando por las alturas. Rápidamente nos fuimos a tomar una cerveza, ante la cual nos contó en detalle sus diversos incidentes y gestas desde que se había ido de viaje, hacía ya un mes. Robos de equipaje, colegueo con la policía de Bérgamo, ascensiones a variados picos, cortes profundos y visitas a médicos. Y lo más importante, la llegada a la cumbre del Mont-Blanc. También estuvimos planificando el que iba a ser nuestro viaje a partir de ahora. Habíamos pensado mantener algunos de los refugios para no perder tanto dinero, pero esto implicaba dar grandes rodeos y estar en zonas que lo único que tenían era monte; monte al que Bayunne no podía subir con su lesión. Así que finalmente nos decantamos por coger un alojamiento más o menos en el centro del país y movernos desde allí a diferentes ciudades y sitios de interés, que tampoco sabíamos cuáles eran. Ya iríamos viendo. Por lo pronto, al día siguiente volveríamos a Ginebra, donde habíamos aterrizado, para poder conocerla en profundidad.

La "factura" que nos dieron en el hotel de Les Houches. Muy artesanal
La “factura” que nos dieron en el hotel de Les Houches. Muy artesanal

Tras una espectacular pizza en el restaurante Le Basilic, probablemente el único abierto en Les Houches a esa hora,  y que Einigen ya conocía de sus diversos tejemanejes por la zona, nos fuimos al hotel. Allí, Einigen caería dormido de forma instantánea, mientras Unaiguille y yo reservábamos hotel en Ginebra y mirábamos alojamientos para los siguientes días.

7 comentarios sobre “Tour Mont Blanc… Improvising Switzerland 2015 – capítulo 1: Mala pata

  1. Vaya comienzo de viaje. Yo creía que me daba algo cuando recibo la llamada diciendo: ” Tengo noticias nefastas , me he petado la pierna”. Pase parte de la noche cancelando refugios. Al día siguiente volábamos. Comenzaba el viaje…

Responder a Cronosito Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.