Eslovenia, capítulo 4: Tres cimas y un radar

Eslovenia, capítulo 4: Tres cimas y un radar

Parecía que habíamos visto todo en cuanto a espectáculo montañil.

Pero levantarse en medio de las Dolomitas a las 6 de la mañana mientras amanece hace que valga la pena haber dormido en el frío y húmedo refugio Auronzo. Había despejado completamente de las lluvias del día anterior y ahora las vistas eran increíbles.

Yo no me había enterado muy bien, pero ahora, a la luz del amanecer descubrí la razón de la fijación de Karloš el día anterior por dormir aquí. Estábamos en la misma base Tre Cime di Lavaredo, las míticas tres cimas de Lavaredo, unas de las más conocidas de las Dolomitas. El refugio Auronzo está justo en la base, y la idea era realizar un circuito circular alrededor de la base de las mismas, aunque estaba bastante mejor definido que el circuito alrededor del Gruppo Sella.

Las fotos con las vistas se prodigaron

Después de las fotos matinales nos metimos el primer buen desayuno del viaje, a cargo de Auronzo, que incluía chocolate, y para las 8 y media estábamos ya marchando por la ruta circular de Lavaredo.

Un desayuno más que correcto

La ruta es fácil, en unos 20 minutos se llega a un segundo refugio, y al giro a la izquierda que permite seguir adelante o empezar a andar por la cara norte de las tres cimas.

empieza la ruta
Agur, cara sur
Hola cara Norte!
hello, mr tolva

La cara norte es más complicada. La distancia es poca, pero lo recomendable es hacerlo por abajo del todo. Nosotros en vez de eso, decidimos hacerlo por las rocas que ocupan toda la ladera.

El nombre del macizo se entiende rápidamente.

Las rocas estaban sueltas, ya que eran desprendimientos, y había que seguir el camino, que se desdibujaba por momentos. Llegó un momento en que estábamos fuera del camino completamente, y como si fueran arenas movedizas, nos hundíamos hasta las rodillas. Andar se hacía cada vez más complicado y agobiante, ya que cuando hacías fuerza para sacar una pierna, la otra se hundía más. Además, como estábamos en pendiente, poco a poco nos íbamos desplazando hacia abajo y alejándonos del supuesto camino, y las piedras caían de unos a otros. La situación se fue volviendo agobiante y durante más de media hora nos agarramos una buena sudada con la lucha por salir de las piedras.

Unaij se arrastra por la resbaladiza y traicionera superficie
Todos nos arrastrábamos un poco

Al final conseguimos salir, y estábamos hacia la mitad del camino, justo debajo de la cima más alta. Las vistas eran privilegiadas desde esta parte.

like a proh

Desde el medio camino superior la marcha fue mucho más fácil y pronto llegamos al recodo donde se giraba para volver a la cara sur.

La cara norte desde el otro lado era más intimidante

Para las 11 ya estábamos en el coche, y aunque habíamos hecho ya el highlight del día, aún nos quedaba bajar a Cortina para arreglar el pinchazo del coche, ya que íbamos con la rueda de repuesto, y cruzar a Austria y a Eslovenia.

Agur Auronzo!

La bajada a Cortina fue mucho más trivial que la subida del día anterior entre la tormenta. Allí encontramos un taller de neumáticos en el que no sabían nada de inglés ni de castellano, joe, vaya con la ciudad cosmopolita, y malamente le indicamos que nos arreglara la rueda.

Cuando el tipo la probó nos dijo que de pinchazo nada, que lo que había pasado era que tenía la presión diferente a la otra, más baja, probablemente por el brusco cambio de temperatura, intuimos. El caso es que nos la hinchó, nos la montó (por 5 euros que estimó a ojímetro) y salimos de allí, para a los 10 segundos saltarnos de nuevo la alarma, esta vez por la otra rueda. Parece que había hinchado demasiado la primera y volvía haber descompensación. Volvimos al taller y el tipo había desaparecido. En su lugar, otro tipo nos dijo que lo dejáramos media hora porque estaban calientes y no era una buena forma de medir la presión. Así que nos fuimos a comprar pan.

Cuando volvimos el taller estaba cerrado. Sucia rata! Después de decirnos que volviéramos en media hora, va y se pira a su casa.

Volvimos a montar en el coche, y vimos que no saltaban alarmas, así que decidimos tirar hacia Austria, que era nuestro camino corto hacia Eslovenia.

La zona en la que estábamos, como se podía apreciar en la arquitectura, letreros en alemán y comportamiento de la gente, estaba muy cerca de la frontera con Austria (de hecho en el pasado perteneció a Austria). Así que rápidamente conseguimos llegar a la frontera, donde tuvimos que comprar una de esas famosas viñetas que te dan derecho a circular por sus carreteras. No íbamos a parar mucho por allí, ya que el sur no tenía mucho que ofrecer, así que después de una breve parada para comer tirados en el párking de un museo, tiramos rápidamente hacia Eslovenia. Tan rápidamente que uno de los radares que se amontonaban en los arcenes austriacos nos pegó un flashazo. Aún esperamos la multa, esperamos que no llegue, pero nunca se sabe…

Así, no serían mucho más de las 6 de la tarde cuando llegamos al túnel de 8 km que cruza hacia Eslovenia. 8 km eran una ridiculez comparados con los 25 del Laerdalstunnelen de Noruega, pero se hacía pesado aún así.

Al llegar a Eslovenia lo primero que vimos fue que parecía que habíamos llegado a la base del Anboto o algo así. El paisaje, a pesar de los alpes julianos de 3000 metros que teníamos delante, era muy similar al de por aquí.

Seguimos hacia el sur para llegar a Bled, la ciudad en la que pasaríamos dos noches. Bled está muy cerca de la frontera así que para las 7 estábamos ya descargando el coche frente al Travelers Haven, nuestro refugio para las dos siguientes noches. Este hostel en el centro de Bled era una maravilla, el mejor hasta el momento, y luego veríamos que el mejor del viaje (quitando uno en Maribor). Estaba bien equipado, buenas habitaciones, limpias, buena cocina y muy bien situado junto al lago, uno de los principales atractivos de Bled.

Lo primero que hicimos, sin dar opción a mucho más fue tirar para el lago a por un chombo. El lago de Bled, como las playas jordanas, tiene muchas playas de pago, y por otra parte zonas de esparcimiento públicas que son bastante más cutres. Así que nos fuimos a una de las públicas, que consistía en un pequeño dedo de césped que entraba en el lago. Allí el chombo fue inmediato, el agua estaba excelsa, las vistas, con el castillo de Bled y la isla, inmejorables.

a la caza del cisne

Mientras Unaij y Xabislav se adentraban en el lago para hacer un poco el mono, Bayumir se quedó cerca de la orilla, pues llevaba puestas las gafas para poder ver algo. Sin embargo se arriesgó a meter la cabeza. Para sacarla sin gafas.

Una vez más, la segunda este año, Bayumir perdía sus gafas de ver por meterse con ellas al agua. Eran las gafas que había comprado en Jordania por haber perdido las anteriores. Maldición.

Por suerte esta vez Xabislav se metió hasta el fondo del lago y las recuperó. Esto no es un cañón con aguas bravas, era un tranquilo y apacible lago.

Después del incidentado baño nos duchamos y preguntamos a la recepcionista del hostel qué sitios había para cenar comida eslovena. Nos recomendó una pizzería, Rustika, y el Gostilna Murka, un asador muy cercano al hostel, en el que ofrecían comida típicamente eslovena, de la que nos advirtió, era muy pesada.

Efectivamente, los platos principales se componían de salchichas, vísceras, huevos y sopas bastante fuertes, ideal para cenar. Hicimos un pedido variado de delicatessens eslovenas, y nos dirigimos a un bar cercano para bajar la pesadez con unas buenas birras eslovenas (Laško es la marca más habitual, y la mayoría de las otras marcas en realidad son submarcas de Laško).

Laško de medio litro, camarera simpática y música tradicional eslovena (un poco taladrante), para cerrar el día adecuadamente.

Tras comprobar que la vida nocturna de Bled era un poco escasa (sobre todo en martes), nos fuimos de nuevo al Haven, anticipando el madrugón del día siguiente, que teníamos que ver muchas cosas por los alrededores, ya que estábamos al pie del Triglav, el monte más alto de Eslovenia, y el que da nombre al parque natural Triglavski.

 

 

6 comentarios sobre “Eslovenia, capítulo 4: Tres cimas y un radar

    1. no, nunca. es que nunca hay muchas fotos mías, pero esta vez había, así que he aprovechado…
      tranqui que me parece que no se va a repetir :D

  1. Este día si que fue chulo. La ruta estuvo de perlas y las vistas inmejorables. El momento taller fue una judiada. Yo creo que el pavo quería deshacerse de nosotros a toda costa y por eso nos dijo que volviéramos en media hora,jeje.
    Hubo flasazo en Austria? pero si solo íbamos a 180km,jaja. Que eso nunca llega…
    Lo que mejoro el día fue el chombo en el lago de Bled. Después de estar cociditos durante todo el viaje, fué relajante. Sin comentarios con el incidente gafas de Bayu,jaja. Ya sabes que no hay 2 sin 3. Y todavía te queda otro viaje este año

    1. Mira Yunai como se nota que está de vacatas y se echa unos comentarios tan largos como la entrada :P

      no me seas agorero que a Nippon me llevo las gafas buenas… bueno igual llevo las cutres por si acaso, que va a haber mucho onsen y mucho ofuro :P

      1. Yo llevaría las cutres, just in case. By the way, cuando partis hacia tierras niponas?
        Calabacin en Japón. Ohhhhh Diosssss. Fijo que pasa algo, tipo Fukusima 2. Ya sabes que si no no sería un viaje en condiciones,jajaja

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