Jordania, capítulo 4: el Incidente Bayush

Jordania, capítulo 4: el Incidente Bayush

DISCLAIMER: Coge aire porque creo que ésta es la entrada más larga que he escrito nunca. (3113 palabras, cuando lo habitual son 1200 ó 1500)

Fue un plácido amanecer en Madaba, uno de los pocos en los que no teníamos prisa. El día 4 consistía en ver la fortaleza de Al Karak y terminar en Wadi Musa, habiendo recorrido una buena porción del país, ya que Wadi Musa era el punto de partida para visitar Petra, al día siguiente.

Como no había mucho planing, pensamos en hacer una ruta por Wadi Mujib. Se trata de un cañón de altas paredes lisas y sinuosas, y por la parte de abajo pasa un río. La parte alta es desierto pero tiene bastante riqueza natural, y el avistamiento clave son los íbices. Wadi Mujib ofrecía varias rutas diferentes, con diferentes duraciones y dificultades. Todo pintaba muy bien hasta que el día antes, durante la sheesha Mariyah leyó la guía y se dio cuenta de que salvo la ruta de los íbices por la parte alta del cañón, todas las rutas eran “húmedas”. Y con húmedas no se referían a musgo en las paredes, si no a que ibas por dentro de un río, cubierto de agua hasta el pecho, y en ocasiones nadando.

Esto tenía algunas implicaciones más, al ir atravesando un río tenías que subir y bajar en ciertos momentos algunos bloques de piedras y cascadas, con cuerdas y haciendo un pequeño rappel. La noche anterior esto había generado una pequeña polémica. Mohamiñigo e Irantzullah no sólo no veían problema si no que les apasionaba la idea; por otro lado Mariyah había tenido malas experiencias con el rappel y este tipo de excursiones y creía que lo iba a pasar mal, y Bayush no tenía el calzado adecuado, y no quería estropear sus zapatillas técnicas. Además estaba el tema del frío, ya que la guía decía que el agua estaba muy fría y que había que arrastrarse en varios momentos.  Había ciertas reticencias. Sin embargo la decisión fue ir, verlo, informarse bien, y si nos convencía lanzarnos a la ruta húmeda corta, ya que las largas eran demasiado largas (y caras porque necesitaban guías); si no a por la ruta seca.

Monte Nebo, siempre monte Nebo

Bajamos pues la carretera del monte Nebo, siempre en contra de la opinión de Mariyah, para llegar a la carretera del mar Muerto. Unos cuantos kilómetros más adelante se encontraba la entrada a Wadi Mujib, un pequeño recinto con mapas de la reserva natural y un tipo simpático en el mostrador. Rápidamente nos explicó que la ruta húmeda corta era muy fácil, no tenía riesgos y yendo con dos tipos como nosotros no tendrían nada de que preocuparse. También nos dijo que había que dejar en el coche todo cuanto fuera susceptible de estropearse o perderse en la corriente, incluyendo gafas de sol. También dijo que vendían zapatos adecuados para río, por lo que las dudas de Bayush se disiparon de inmediato. Las de Mariyah seguían ahí, pero decidimos intentarlo. Mohamiñigo aseguró que pararíamos en caso de que la cosa estuviera mal o Mariyah lo pasara mal.

Bayush, decidió llevar sus gafas, no las de sol, pero las de ver. Con algo tenía que ver. El vacilón tipo del mostrador le dijo que las llevara sólo si no le importaba perderlas. Qué demonios, pensó Bayush, cómo voy a perderlas??

Así se inició el recorrido de Wadi Mujib. Al entrar en el cañón la sensación era impresionante. Paredes altísimas, pulidas, rojas, y entre medio el río, con corriente fuerte, verde azulado. Al principio no hacía falta ir por dentro así que lo íbamos evitando, pensando en el frío. Veíamos a gente bajar y, pudiendo ir por las esquinas, iban por el centro del río tan tranquilos. Gente dura, pensamos.

Tinoniiii no niiii tinoniii no niiiii ti no niiii no ni no niiiiiii (música de jurassic park sonaba cada vez que entrábamos en un cañón)

Pero cuando empezó a ser algo obligatorio el ir por dentro del río nos dimos cuenta de que frente a lo que decía la guía el agua no sólo no estaba fría, si no que estaba bastante caliente. Era agradable, refrescaba del calor exterior pero estaba calentita. Al principio sólo metíamos los pies por las esquinas, pero en cuanto nos hicimos, lo más divertido era ir por el centro, luchando contra la intensa corriente.

fue una lástima disponer sólo de la cámara acuática
Llegaba un momento en que no había orillas y había que ir por dentro

El cañón era simplemente espectacular. No sabías si mirar a las rendijas en frente, por donde teníamos que pasar, al cielo engarzado entre paredes, o meterte un poco más en el agua.

Mohamiñigo y su sonrisa estándar

Todo iba muy bien hasta que encontramos las primeras rocas. De pronto en medio del cauce, unas rocas bastante altas impedían el paso, y había que hacer varias maniobras relativamente complicadas para subirlas. El agua caía con fuerza y te arrastraba hacia abajo. Por suerte, en los puntos complicados había unos tipos, trabajadores de la reserva natural, que te decían dónde pisar y cómo hacer las partes complicadas.

una de las zonas de rocas sencillas

La sensación de trepar por las rocas mientras te cae el agua a chorro es increíble. Había una mezcla de emoción y adrenalina mientras subías, sin equivocar la pisada, agarrando la cuerda en el punto adecuado… Mariyah sin embargo no pensaba lo mismo, pero se sobrepuso y pasó la roca sin problemas.

Unas rocas un poco más complicadas

A partir de ese momento tuvimos que escalar 4 ó 5 rocas más, algunas bastante más complicadas que la primera, pero igual de emocionantes, con el añadido de que cada vez cubría más en el río y cada vez había más corrientes. Después de unos 40-45 minutos ascendiendo entre agua, llegamos al final del recorrido corto. Se trataba de una cascada de unos 3 ó 4 metros de alto, que rompía con fuerza en la poza donde nos íbamos a meter de cabeza.

Así que podías pasar tranquilamente por debajo de la cascada y a su parte posterior. Supuestamente la ruta húmeda larga ascendía la cascada y seguía subiendo río arriba, aunque es difícil decir por dónde.

Dentro de la cascada

La zona de la cascada era espectacular, y muy divertida. Te tumbabas en el agua justo en la base de la cascada y la corriente te llevaba bastante rápido 15 ó 20 metros hacia el río. Con el chaleco salvavidas sólo había que flotar. De hecho, quitando las zonas de rocas, Irantzullah se bajó todo el Wadi Mujib así, flotando de un sitio a otro y arrastrada por la corriente. Ibas andando por el río y aparecía allí flotando y te adelantaba.

Después de un buen rato haciendo el mono en la cascada, iniciamos el descenso, con nuevas emociones en las zonas de rocas, ya que bajarlas era más complicado que subirlas. En una de las rocas, hubo un momento de tensión cuando Mariyah se quedó paralizada por la angustia, y tuvieron que ayudarla. Al intentar ayudarla, el bikini se rompió!! Cuando bajó, lejos del miedo, lo único que le preocupaba era que se hubiera visto algo, pero gracias a la camiseta y al chaleco no pasó nada. Se pudo amarrar provisionalmente el bikini, pero la tensión estaba ahí.

La penúltima zona de rocas sin embargo, aunque era complicada de bajar, tenía una roca bastante alargada y resbaladiza que parecía un tobogán. Además la zona de abajo era una poza relativamente profunda. Así que el tipo que estaba allí y nos vio bien, nos dijo que probáramos el tobogán, para hacerlo más rápido y divertido. Bayush, cámara acuática en cabeza, y motivación en ristre se lanzó el primero.

Cuando salió del agua, ni cámara… ni gafas!! Allí estaba, en una poza que cubría por el pecho, habiendo perdido la cámara acuática, y sin gafas, por ende, sin ver un carayo. Los demás estaban arriba. Unos americanos se agolpaban metros más abajo. Bayush tanteaba a ciegas el fondo de la poza intentando encontrar algo, pero no había más que cantos en movimiento, ya que la corriente era bastante fuerte. Al cabo de un rato una americana le dijo que había encontrado la cámara.  Algo era algo, pero Bayush seguía sin ver un pimiento. Las gafas no aparecían y cuanto más tiempo pasaba más daba la sensación de que aunque las encontraran estarían destrozadas. Cuando fueron llegando los demás, Bayush decidió dar por perdidas las gafas, tal como el tipo de la recepción le había dicho.

Así, Bayush tuvo que bajar el resto del cañón sin ver demasiado bien.

Bajando Wadi Mujib

Cuando ya estaban en la zona baja, llegaron a una zona de rocas pequeñas que tenía una pequeña prominencia de tierra en uno de los lados. Uno de los trabajadores de la reserva se quedó muy quieto señalando la zona de tierra. BAyush, que no veía un guano, salió del río para subirse a la zona de tierra, ya que pensaba que el tipo le estaba indicando que esa era la zona para pasar. Las piedras no parecían peligrosas, eran pequeñas y se salvaban de un salto, pero igual había corrientes o algo.

El tipo, que no hablaba inglés, seguía apuntando al suelo, haciendo gestos con la cara y sin decir nada. Bayush miraba al suelo y no había nada más que un pedazo de cuerda pequeño. Miró al tipo.

Gráfico de situación

El tipo no hacía nada, más que señalar al suelo una y otra vez, y abrir mucho los ojos. Bayush no entendía, así que pensó que le estaría diciendo que cogiera la cuerda. No sabía muy bien, la cuerda parecía pequeña y la zona no parecía requerir de una cuerda para bajar, pero bueno, el tipo estaba tan insistente que por algo sería.

Cuando Bayush cogió la cuerda entendió todo.

No era una cuerda.

La serpiente de color ocre se revolvió en las manos de Bayush, que sintió algo escamoso, y blando pero con cierta rigidez moviéndose. No dio tiempo a nada más. Bayush pegó el salto de su vida y al instante siguiente estaba en la otra orilla del río. El tipo gritaba algo en árabe y cuando Bayush se giró vio a Mohamiñigo con los ojos y la boca abiertos hasta casi rozar el suelo. Irantzullah diciendo “Pero qué haceeeeessss!”. El tipo corrió a preguntar si había habido picadura. Todo estaba bien. La sensación de repelús y de poca confianza sin embargo se multiplicó por mil.

Éste fue el Incidente Bayush.

El resto del descenso del cañón, fue una suma de vaciles, Mohamiñigo repitiendo una y otra vez lo flipado que estaba, y “cuando cuente esto no se lo van a creer…”, aderezado con Irantzullah flotando a nuestro lado esporádicamente.

"Pero venga hombre, es que nunca habéis cogido un áspid del desierto con vuestras propias manos?", dijo Bayush sin saber muy bien a donde mirar, ya que no veía nada

Llegamos al coche, Bayush se puso sus gafas de sol graduadas y seguimos el camino hacia Al Karak.

No tardamos demasiado en llegar hasta Karak. Las coñas habían sido una constante en el coche “síii, clarooo, seguro que encuentras ópticas en Karak!” “te van a hacer tres pares de gafas…” Karak es un gran macizo que se impone sobre los valles a sus lados, y la ciudad se arremolina por sus laderas, recordando a algunas ciudades de Nepal. En la primera cuesta en la que había edificios vimos 3 ópticas seguidas! Terrible. Luego las visitaríamos. De momento la idea era conseguir llegar en ese remolino de callejuelas estrechas y empinadas hasta la fortaleza de los cruzados, que era el auténtico checkpoint de KArak.

La carretera retorcida de Karak

Todo estaba bien indicado y encontramos la fortaleza, de modo que antes de entrar fuimos a comer a uno de los sitios recomendados de la guía. Un nuevo éxito! Junto a la fortaleza y por poco dinero comimos un cordero exquisito, con abundante pan de pita, que casi no nos repitió por la tarde. El pan de pita empezaba a rayar.

Seguido salimos a la visita de la fortaleza cruzada, una fortaleza realmente impresionante y grande. Un chavalillo nos asaltó cerca de la entrada para vendernos chicles. El chico se lo curró tanto y fue tan majo que acabamos comprándole un paquete por un jordano. Pero el nos dio un paquete a cada uno.

El niño de los chicles. Saludar siempre

Entramos a la fortaleza y entendimos por qué los cruzados habían construido aquí. Se controlaban todos los valles y montañas anexas. Eran unas vistas espectaculares. Y además se habían currado bastante el tema. Más adelante sabríamos que la fortaleza, a parte de soldados había alojado a varios millares de caballos y a unos cuantos elefantes.

La fortaleza cruzada ocupaba lo más alto de Karak

Empezamos la visita y se nos acopló un autoguía. Tipos que sin que tú les digas nada se te acoplan y te empiezan a explicar cosas, a cambio de que luego les des algo. Éste fue majo, nos explicó algunas cosas y nos dijo que si queríamos seguir con él eran x dinares. Le mandamos al guano educadamente.

Según entrabas a la fortaleza había unos calabozos con luz natural

Sin embargo, un amigo del guía original se nos acopló de nuevo, y empezó a explicarnos cosas, sin preguntarnos si queríamos guía. Por un lado está bien enterarte de algunas cosas, pero, como ya nos había pasado otras veces, estos guías que se autocontratan, hacen todo el recorrido a toda piña, no te dejan ni respirar, no tienes tiempo para hacerte fotos a gusto (menos aún si tienes que medir para tirar en modo manual). Sin embargo no captó las indirectas. Así que a cambio de ver el castillo en cero coma dos, tuvimos cierta información útil sobre sus estancias

El auto guía

Así, nos enseñó diversos comedores (curiosos porque tenían agujeros para tirar los restos de comida, que iban a pisos inferiores, que podían ser celdas o sitios para animales), habitaciones, un baño gigante, y el sistema de tuberías, complejísimo y bastante elaborado, ya que estaban excavadas en la roca.

Caballerizas

 

Las vistas desde los patios superiores eran increíbles. Cuando ibas bajando era todo cada vez más oscuro, pero aún así se curraban estancias enormes.

Después de la visita en modo Flash, el tipo nos pidió pasta, que no le dimos. Y nos miró mal.

Cuando nos libramos por fin del beduino pesao, Mohamiñigo se pone a hacerle fotos!

Cuando nos libramos de él volvimos dentro del edificio y revisamos varias de las estancias, incluyendo una galería de celdas y una iglesia bizantina por las que habíamos pasado fugazmente.

POr fin libres!!

Cuando salimos de la fortaleza, fuimos a la óptica, que no estaba demasiado lejos, sólo había que bajar una calle y listo. Era un poco surrealista entrar en una óptica de este pueblo perdido y preguntar si me podían hacer unas gafas para miopía, sin hacer medición ni nada, y al momento. Fue mucho más surrealista encontrar que en efecto PODÍAN! El tipo me dijo que sin problema, me enseñó unas monturas, me dijo el precio, que sólo era de 18 jordanos, incluyendo cristal (18 euros unas gafas nuevas!!!!!), y que me las hacían en una HORA!!!! Como las fotos de antes!! Sus gafas a medida en una hora!! Para que luego hablen de subdesarrollo.

Gracias a la óptica, pudimos conocer el bazar de Karak, auténticamente jordano, Mohamiñigo pudo arreglar su chancleta en un zapatero local, y estuvimos sentados en un banco viendo el estilo de vestir de las jordanas, muy tapado pero a la vez bastante elegante, con zapatos de tacón, y muchos pañuelitos y chorradas. Los jordanos las miraban intentando adivinar algo de lo que no se veía.

Las gafas eran estupendas, salvo que al no tener el tratamiento anti brillo a veces salían brillos. Pero estaban al nivel de cualquier gafa occidental.

Tiramos hacia Wadi Musa, que estaba bastante lejos y teníamos una buena tanda de autopista del desierto.

Atardecer desértico
Tiri tiri, tiririririiii, tiri tiri, tiririririririiii, tari tari tariririrariiiii, ta-ti-to-tiiii

Wadi Musa es la ciudad que se construyó alrededor del turismo de Petra. Es una ciudad originariamente plenamente turística. Como Petra está en en lo más bajo de un desfiladero, Wadi Musa está en pendiente, en la ladera de un monte. Al llegar bajamos una buena cuesta y hacia la mitad de la misma estaba el Cleopetra, nuestro hotel para las dos siguientes noches. Cleopetra es uno de los sitios míticos para dormir al visitar Petra. Su dueño, Mosleh (o Mosles, como decía Irantzullah), en cuya tarjeta ponía “Mosleh, Peace Maker” era un tipo agradable, un poco hiperactivo y muy muy hospitalario. Nos acogió y nos enseñó las habitaciones, que no tenían nada que ver con las que habíamos visto en cualquier otro sitio, aunque Cleopetra era el hotel más barato que habíamos visitado. Eran auténticas habitaciones de lujo, con baños que tenían una ducha entera (no un grifo y un desagüe en el suelo).

Fuimos a por un poco de comida para el día siguiente, tarea compleja en un país que sólo come pita y cordero. Conseguimos comprar pita y unas latas de atún y volvimos a Cleopetra, donde Mosleh nos dijo que podíamos cenar allí mismo.

La cena estaba correcta, pero nada del otro mundo. Fue un poco liada, ya que la cena no era barata. En Wadi Musa hay muchos sitios en los que cenar mucho mejor por mucho menos dinero. Sin embargo, la cena era en bancos corridos, en mesas comunes, e invitaba a hablar con otros huéspedes. Estuvo bien conocer a Tatsuya, un japonés que estaba visitando el país en tiempo récord, y que al día siguiente también iba a Petra.

Tras la agradable cena, nos fuimos a dormir en aquellas estupendas y nuevas camas, ya que para ir a Petra, si no quieres encontrarte con 200000 turistas, hay que levantarse muy muy pronto. En nuestro caso, 7, para estar allí a las 8. Luego descubriríamos que los cracks llegan allí a las 6 de la mañana, pero esos son auténticos castas.

 

8 comentarios sobre “Jordania, capítulo 4: el Incidente Bayush

  1. Buffff, gran dia…. yo todavia me sigo partiendo el culo de risa cada vez q me acuerdo del momento ‘voy a coger esa cuerda’ jajajaj… es increible q el cañon de wadi mujib sea de lo mejor de jordania (xa mi) y estuvimos a punto de comernoslo… X cierto la del jordano mirando el valle en karak es foton foton

    1. LOL… en mi cabeza todo sigue teniendo sentido, yo recuerdo la cuerda perfectamente..
      Para mí Wadi Mujib fue tb el mayor highlight del viaje, todo un descubrimiento!

  2. Sigo sin poderme creer lo de que Wadi Mujib es lo que más os gustó… que era un cañón y un rio!!! Me parto con la cuerda jajaja esta blandita eh? eso si fue lo mejor del viaje

  3. Yo con lo que me quedo flipado es con la parte censurada de la tercera foto donde se intuye todo el temazo de iñigo. Menuda pieza!!. Menos áspid del desierto y mas black anaconda.

    La foto del jordano y la de Irantzu mirando arriba son fotones. Hay concurso de WPF?.

    1. pues de momento no hay concurso, pero bueno ya haremos una votación cuando acabe de poner todas las entradas (allá por septiembre! :P)
      el vídeo va a molar tb, todavía ando eligiendo una música adecuada.

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