Nepal-Tibet. Capítulo 16: The Jomsom retreat

Nepal-Tibet. Capítulo 16: The Jomsom retreat

Tras la noche más infernal posible, a las 7.30 estábamos ya preparados para largarnos de la habitación de los mosquitos. Según pagamos el hotel (del que nos fuimos, auuque nos quedaba una noche más en Jomsom), lo primero que hicimos fue ir a la tienda del pueblo y comprar antimosquitos. Esto no iba a pasar otra vez! ASí, fuimos a por un nuevo hotel, en el que nos dieron una habitación mucho más cutre que la anterior, pero en la que no había (ni habría) mosquitos. Según entramos pegamos una fumigada. Cuando volvimos había todo tipo de moscas, mosquitos, y otros insectos panza arriba en el suelo.

Después del cambio de hotel y el desayuno, y como nos sobraba un día porque habíamos acortado nuestro camino de ida a Muktinath, decidimos hacer un trekking circular por la zona. En principio, íbamos a visitar el Dhumba lake, un lago cercano, para lo que los lugareños habían estimado una hora andando. Lo bonito habría sido ir a Tilicho Lake, que es el highlight de la zona, pero todo apuntaba a que supondría otra jornada como la de Muktinath, y los pies no iban a aguantar ese ritmo.

Así emprendimos el camino hacia Dhumba lake, en un día espectacular, por un sendero que iba entre bancales de cultivos, y atravesando pequeñas poblaciones.

seguro que los aviones vuelan hoy...
desert again

Al cabo de poco tiempo volvimos a estar en medio del desierto, con direcciones confusas que nos hacían preguntar constantemente el camino para llegar al lago.

camino equivocado
puentes de madera, insólito!
y ratas en el puente!!

Cuando por fin llegamos, el lago no era para tanto… he visto piscinas en chalets más grandes que aquel lago. PEro bueno, algo de sagrado tendría ya que había un montículo con pañuelos blancos de esos.

Dhumba lake...
profanando la piedra sagrada

profanando el promontorio sagrado

Yo no podía con mis pies, la reventada era muy seria. Sin embargo Iñigorkha dijo que no podíamos dejar de ver el monasterio que había en un pico cercano (y que la viejilla de información nos había dicho que había que visitar). No podía ser mucha subida, quizá fueron 20 minutos subiendo por una cuesta bastante empinada, pero las ampollas empezaban a reventarse. En cualquier caso mereció la pena. Fuimos al templo, en el que no parecía haber nadie, pero que estaba indudablemente habitado ya que había algo parecido a albaricoques y unas planchas donde los ponían a secar, vete a saber para qué…

ministupas coloradas en el templo
Algo sagrado, con escrituras sagradas etc..
buenas vistas, pero aún había más

podría haber sido cualquier pueblo italiano

igual algún botánico nos dice qué concho eran esas frutas y por qué las secaban
lo cierto es que eran llamativas

Continuamos un poco más de ascenso hacia una cima cercana al templo, y desde la que se veía todo el valle de Jomsom. Desde aquí vimos varias avionetas despegar del aeródromo. Las avionetas fueron uno de los temas del día. El día 17 de viaje había un checkpoint clave: coger la avioneta de vuelta a Pokhara. Aquí te la jugabas, como saliera un poco mal tiempo, las avionetas no volaban, y te quedabas en Jomsom, ya que en principio el viaje de vuelta por carretera era inviable, o demasiado largo para los días que teníamos. Así que durante esta jornada nos dedicamos a ver con gran alivio los aviones que despegaban constantemente de Jomsom. Y nos congratulábamos. Y nos tranquilizaban…. pobres ingenuos…

un árbol (probablemente sagrado), en mitad de la cuesta al montículo
aquí en vez de buzones ponen banderitas en las cimas.
la vista desde la cima. El dhuma lake, el templo y las colinas contra las que casi mochaban los aviones al girar.

Tras un pequeño descanso, iniciamos el descenso y regreso a Jomsom, por un camino diferente al que vinimos. Era algo inquietante ya que durante todo el descenso se podía ver un río bajar absolutamente bravo y salvaje, pero no se podía ver ningún sitio para cruzarlo. Tras una de las curvas, y durante una conversación en la que Iñigorkha explicaba lo poco adecuadas que eran las Converse para tíos, e incluso para algunas tías, descubrimos uno de esos maravillosos puentes a lo Indiana Jones, que cruzaba ese río tan salvaje. Cruzándolo, y con la corriente abajo, un viento bastante serio azotándonos, sólo faltaba que apareciera un tipo barbudo con el torso descubierto y empezara a cortar la cuerda en el otro extremo. Pero no hubo más percance y seguimos por la ribera opuesta del río en la que vimos las outskirts de Jomsom, y donde se nos unió un perrillo flaco que nos acompañó una hora más hasta Jomsom.

Perrillo flaco

Allí comimos, y nos pegamos otra siesta en nuestro recién estrenado hotel cutre, en el que no había insectos.

Por la tarde, tocó internet en el ciber. Cuando llevábamos media hora, Iñigorkha se fue a hablar por teléfono. Yo me quedé dentro pensando que sería un momento, pero al final fue casi una hora. Cuando volvió tenía que hacer algo en internet, así que nos quedamos otra hora más. Al final pagamos una buena pasta por internet. Pero echamos la tarde. Luego fuimos a uno de los bares del pueblo, esperando encontrar algún occidental para relacionarnos un poco, pero no parecía que se fuera a dar el caso.

No tardamos mucho en irnos a la cama. El día 17 era el que se podía torcer. A las 6 teníamos que estar en el aeródromo. Y rezar para que los aviones salieran.

Esa noche no hubo mosquitos.

6 comentarios sobre “Nepal-Tibet. Capítulo 16: The Jomsom retreat

    1. q tensiones!

      no pasa de este fin de semana! (estaba esperando a las fotos del indio pero al final ha pasao de mi)

        1. jeje… mucho lio he tenido al final… pillar alojamiento en nueva york es un temita.
          espero publicarlo hoy, que no me queda casi nada por escribir

  1. TUTUTUTUNNNNCHHHHHHH ahi tenéis la entrada, con 4 veces la longitud de una entrada normal (suelen tener 1000 palabras y esta tiene 4200)

Responder a calabacinelaventurero Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.